La fachada como elemento clave en la eficiencia energética del edificio
La fachada es, junto con la cubierta y los huecos de ventana, uno de los elementos constructivos del edificio que más contribuyen a alcanzar una elevada eficiencia energética y confort en el interior de las viviendas. El tipo de sistema de revestimiento elegido para la fachada, su diseño y una correcta ejecución, son aspectos críticos que condicionarán el consumo energético final del edificio y, en consecuencia, su mayor o menor eficiencia.
En la actualidad, el gasto debido a la climatización se encuentra entre el 40% y el 65% del gasto total del edificio. La fachada soporta los efectos del clima durante todo el año y esto afecta a la eficiencia energética y al propio confort del interior del edificio. Especialmente en otoño e invierno, con la bajada de las temperaturas, el edificio sufre pérdidas energéticas a través de las fachadas norte y este. Por el contrario, en verano el edificio obtiene ganancias energéticas a través de las fachadas sur y oeste consecuencia de la radiación solar. Para equilibrar estas pérdidas y ganancias y lograr que las condiciones de los espacios interiores sean óptimas y confortables durante todo el año, es necesario diseñar y gestionar la climatización con soluciones adecuadas en la envolvente del edificio.
La envolvente térmica de un edificio es el conjunto de cerramientos (suelos, cubiertas, fachadas, ….) que separan los espacios habitables del exterior (terreno, aire y otros edificios) y las particiones interiores que separan los espacios habitables de los no habitables que a su vez están en contacto con el exterior. La continuidad y alta eficacia de la envolvente de protección térmica basada en los modernos aislantes genera una gran diferencia en la exposición de los materiales situados a uno y otro lado de dicha envolvente, lo que proporciona, un mayor confort interno con un menor consumo energético.
Normalmente las soluciones para la mejora térmica de la envolvente en las fachadas exterior pasan por las soluciones tipo SATE, la fachada ventilada o una solución mixta que combine en un mismo edificio las dos anteriores. Otras actuaciones sobre los elementos de la fachada pueden ser la sustitución de marcos en ventanas por otros con rotura de puente térmico, sustitución de vidrios por otros con cámara, cristal bajo emisivo y/o control solar, inyección o instalación de aislamiento en el hueco del tambor de la persiana o incorporación de aislamiento en cubiertas y techos de plantas bajas, entre otras actuaciones dependiendo del estado -antigüedad, estado de materiales originales…-, problemas y deficiencias -humedades y filtraciones, detección de pérdidas técnicas, flujos de aire…-, contexto o entorno -situación y orientación, edificios o elementos colindantes…-
La rehabilitación de viviendas y edificios residenciales es un sector de la construcción que se encuentra actualmente en fase de crecimiento. La apuesta decidida por la rehabilitación como fuente de ahorro energético y reducción de emisiones está impulsando esta tipología de proyectos en zonas donde hasta ahora no eran frecuentes. Sin olvidar que la reconversión estética de los edificios y barrios en nuestras ciudades representa un importante revulsivo y progreso económico en zonas históricamente deprimidas.
Diversos estudios cifran en hasta un 50% de ahorro en gasto de calefacción tras una rehabilitación energética integral realizada sobre la fachada lo que ofrece una idea de la importancia de realizar un estudio de calidad así como el diseño de una solución óptima y una ejecución perfecta. Si estos supuestos se cumplen los habitantes de las viviendas percibirán un aumento en el confort proporcional al nivel de ahorro obtenido: más confort con menor gasto.