Cómo ayudan las fachadas ventiladas a «curar» edificios «enfermos»
Cuando un fabricante etiqueta con el marcado CE está garantizando que las prestaciones del producto a la venta son, efectivamente, las que se han declarado, y que estas se han definido mediante la aplicación de la especificación técnica europea. El marcado CE no es sello de garantía ni una marca de calidad; pero asegurar la constancia en la prestaciones declaradas por el fabricante es el primer paso para garantizar la calidad. Es por ello por lo que los arquitectos apuestan por sistemas de fachada ventilada que tengan el marcado CE.
Los llamados «edificios enfermos» son una parte de los edificios que presentan problemas. Estos edificios están, generalmente, equipados con aire acondicionado, aunque también pueden estar ventilados de forma natural. Sus ocupantes presentan quejas referentes a su salud en una proporción mayor a la media (>20%) con difíciles de identificar y con origen en muchos factores.
La Organización Mundial de la Salud quiso adaptar el término para referirse a las viviendas y centros de trabajo que podían llegar a ser perjudiciales para las personas. Y empezó a hablar de lo que ahora ya se conoce como el síndrome del edificio enfermo. Si bien esta dolencia es más conocida en su forma inglesa, sick building syndrome.
El Síndrome del edificio enfermo (SEE) es el nombre que se da al conjunto de síntomas diversos que presentan, predominantemente, los individuos en estos edificios y que no van en general acompañados de ninguna lesión orgánica o signo físico, diagnosticándose, a menudo, por exclusión.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) diferencia entre dos tipos de edificio enfermo. El que presentan los edificios temporalmente enfermos, en el que se incluyen edificios nuevos o de reciente remodelación en los que los síntomas disminuyen y desaparecen con el tiempo, aproximadamente medio año, y el que presentan los edificios permanentemente enfermos cuando los síntomas persisten, a menudo durante años, a pesar de haberse tomado medidas para solucionar los problemas.
En muchos casos puede solventarse con algunos cambios en el edificio; por ejemplo con un nuevo sistema de ventilación, capaz de retirar el aire y renovarlo o para airear las estancias. También contribuyen la instalación de equipos que recuperan el calor y minimizan el uso excesivo de los sistemas de climatización o por supuesto las fachadas ventiladas.
Cómo pueden ayudar las fachadas ventiladas
Parece lógico pensar que un buen sistema de cerramiento de fachada (por ejemplo con fachada ventilada) contribuye a mejorar la salud de un edificio al ser la primera barrera arquitectónica que protege la vivienda de las agresiones externas. Los revestimientos colocados en fachadas constituyen un cerramiento con función de protección térmica; contra el agua y la humedad; acústica; contra incendios y contra ataques mecánicos y químicos.
La instalación de fachadas ventiladas tienen muchas ventajas relacionadas con el confort interior;
- Se corrige la problemática de las bajas temperaturas en espacios orientados al norte.
- Mejora del confort térmico en los meses calurosos de verano.
- Desaparecen las habituales manchas y goteras por condensaciones.
- Disminuye la contaminación acústica.
Alguno de estos problemas afectan a los edificios enfermos. Además las fachadas ventiladas reducen el consumo energético ya que la mayor parte de la energía consumida está destinada a mantener una temperatura confortable en los espacios interiores. Una fachada eficiente puede reducir el gasto energético y además también reducir el uso continuado de elementos de climatización al ser más fácil mantener una temperatura constante.
