¿Cómo realizar el mantenimiento de las fachadas ventiladas?
Las fachadas ventiladas son una solución arquitectónica que presentan múltiples ventajas como el ahorro energético, aislamiento térmico y acústico, facilidad de colocación y versatilidad en las soluciones técnicas y estéticas, etc. Una de las ventajas que a menudo se obvian pero que son muy importantes es la escasa labor de mantenimiento que requiere este tipo de fachada para mantenerla en buen estado y poder seguir cumpliendo a la perfección con sus funciones técnicas y estéticas. Aunque el mantenimiento es sencillo, sí que es importante llevarlo a cabo de forma adecuada y por parte de personas con la capacitación técnica adecuada.
La primera actuación; al finalizar su instalación
Obviamente la durabilidad y prestaciones de este sistema va de la mano con el diseño, dimensionado, utilización de materiales y elementos de calidad e instalación por parte de una empresa acreditada. Los trabajos de conservación de la fachada ventilada deben comenzar desde el momento de su instalación. Tras la colocación se debe de realizar una limpieza de la suciedad y el polvo generados en la ejecución. Es fundamental esta primera limpieza en el «momento cero» para que la fachada comienza su «vida útil» con la mejor situación posible. Esta limpieza se realiza con agua a presión desde la parte superior de la fachada.
Mantenimiento anual
Tras el fin de obra, las labores de mantenimiento se reducen a la mínima expresión. Es importante realizar un mantenimiento periódico -normalmente anual- que permita revisar si existe alguna pieza suelta, pequeñas erosiones o grietas. En esta revisión ocular será importante revisar las juntas y la cámara interior así como los puntos singulares como esquinas o coronaciones, garantizando que el sistema funciona perfectamente. Si se observa que existe algún elemento deteriorado el sistema de fachada ventilada nos permite su sustitución de forma sencilla, por ejemplo de una placa. Por supuesto, ante cualquier incidencia la comunidad de vecinos debe ponerse en contacto con una empresa de mantenimiento o la propia constructora para comunicarle la posible aparición de humedades, daños estéticos o cualquier tipo de problema o anomalía grave.
Mantenimiento intensivo (cada cinco años aproximadamente)
Además de las labores de mantenimiento periódico para el mantenimiento perfecto de la fachada, es necesario la realización de una limpieza cada cinco años de toda la fachada. Se trata de una limpieza sencilla pero que debe se ser realizada por personal acreditado con los medios adecuados. Normalmente este periodo suele ser de cinco años pero en ocasiones, cuando se trata de lugares con mucha polución se puede reducir o bien, por el contrario, ampliar, si el estado de la fachada es óptimo.
Este lavado de la fachada se debe de llevar a cabo con agua a presión y sin la utilización de disolventes o elementos abrasivos que puedan dañar la fachada. Si en las partes inferiores de la fachada aparecen pintadas o graffitis se deberán utilizar productos adecuados que no dañen la superficie. Por eso es indispensable que las labores de mantenimiento se realicen por parte de empresas cualificadas que conocen los productos adecuados para cada caso.
Louvelia es especialista en este tipo de revestimiento y dispone de un gran abanico de soluciones por lo que el mantenimiento se debe adecuar al tipo de fachada ventilada instalado. Una vez ejecutada la obra, se informa a los propietarios de los pasos a seguir para llevar a cabo un mantenimiento de la fachada ventilada y así poder alargar su vida útil y mantener intactas sus prestaciones técnicas.